Conforme nos aproximamos a las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que tendrán lugar en Washington entre el 15 y el 21 de abril, la conversación en torno a las abrumadoras cargas de la deuda está tomando protagonismo. Estas reuniones reúnen a gobiernos, prestamistas multilaterales y bilaterales, así como a diversas instituciones, para abordar los desafíos que enfrenta la arquitectura financiera global. Sin embargo, en medio de estas discusiones, un tema crítico a menudo pasado por alto está cobrando impulso: el movimiento global que aboga por la cancelación de la deuda, particularmente para los países del Sur Global. El impacto de la deuda a escala globalComo alerta el Grupo de Trabajo de Política Económica de la Red-DESC en un artículo reciente, la escala de la crisis de la deuda es enorme. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), casi la mitad de la humanidad —aproximadamente 3.300 millones de personas— vive en países donde los pagos de intereses de la deuda superan las asignaciones para educación, salud y seguridad social. La carga de la deuda va más allá de las limitaciones financieras; conduce a medidas de austeridad impuestas por las instituciones financieras internacionales (IFI), en particular el FMI y el Banco Mundial, exacerbando aún más las desigualdades y afectando desproporcionadamente a las comunidades marginalizadas y empobrecidas. “Los países muy endeudados, que ya tienen problemas lidiando con las repercusiones del COVID-19, o el aumento de los costos de los alimentos y la energía y la desaceleración económica, se han visto obligados a desviar el gasto público, en particular recortando salarios y gastos sociales, para priorizar los pagos de la deuda”, se argumenta en el artículo. Las próximas Reuniones de Primavera presentan una oportunidad estratégica para abordar los desafíos multifacéticos que plantea la crisis de la deuda. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñarán un papel crucial abogando por voces alternativas y resaltando el impacto de las cargas de deuda ilegítimas sobre las comunidades alrededor del mundo. El creciente movimiento global contra la deuda exige que se revalúen las políticas económicas neoliberales y transitar hacia alternativas que prioricen a las personas y al planeta. |